Arminda Rosas, una mujer rural perseverante que ha ganado terreno en un sector dominado por hombres

A 155 KM de la ciudad de Panamá reside la señora Arminda Rosas Vásquez, específicamente en el corregimiento de Tortí.

De joven su mamá, papá, un hermano con discapacidad visual y ella migran en búsqueda de oportunidades de desarrollo, desde la provincia de Los Santos de donde son originarios hacia el corregimiento de Tortí, uno de los últimos antes de llegar a Darién, la provincia que limita con el país vecino Colombia.

La Sra. Arminda cuenta que el amor por el sector agropecuario corre por sus venas y es que su papá como buen conocedor de las prácticas del campo, le enseñó a trabajar la agricultura y la ganadería.

Por eso hoy se dedica a esto, su negocio está enfocado en la cría de doble propósito de ganado de ordeño, cría y ceba de puercos, así como también de pollos. Adicionalmente, trabaja la agricultura con la siembra de maíz, frijoles y caña.

Con el desarrollo y crecimiento de su negocio aporta al bienestar y al sustento de su papá quien actualmente tiene más de 80 años, de su hermano con discapacidad visual de más de 62 años y de su hijo, nuera y nieto. De hecho, la señora Arminda señala que con lo que le genera su negocio logró comprar un vehículo que ha sido de mucha ayuda para el traslado de insumos, funcionamiento de su microempresa y se siente contenta porque también ha servido para que su hijo tenga transporte y pueda llevar al nieto a su escuela.

“Yo conocí a Microserfin por una amiga que tiene más de 18 años con la entidad. Sin duda me siento que ya soy una pequeña empresaria, he visto cómo he crecido, tengo mejores entradas y mayores recursos para el sustento de la familia. A pesar de ser una familia de solo 4 personas, hemos podido salir adelante”.

Los créditos de Microserfin los ha invertido poco a poco en alimento para novillas de ceba, cría de pollos y mejoras en su finca, como la colocación de cercas. Para ella su clave del éxito ha sido invertir los recursos en el propósito que se soñó y no desviarse del objetivo.

La señora Arminda a su hijo y a su nieto quiere dejarles el ejemplo de “cómo debe ser una persona responsable, que es importante pensar en el futuro y que siempre es necesario ser decidido porque en esta vida si una persona no está decidida nunca va a cruzar más a allá, hay que atreverse a soñar e invertir”, señala.

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