La historia de perseverancia de Cruz del Carmen Rosario

Procedente de República Dominicana. Migró a Panamá en los años 90, producto de la situación económica del país se vio obligada a salir en búsqueda de un mejor futuro para ella y sus hijos.

La señora Cruz del Carmen que es educadora de profesión, especializada en niños de preescolar, pasó 13 años educando a niños y adolescentes, de hecho, pensó que lo iba a hacer toda su vida “pero la situación se puso difícil”, cuenta.

Al llegar a Panamá se encontró con un país donde había oportunidades, pero no era tan fácil llegar a ellas y aún más en los 90 un año después de la invasión a dicha tierra canalera, pero como la mujer luchadora que es, no se quedó de brazos cruzados y se propuso comenzar a trabajar de belleza en su casa. Así inició lavando cabellos en su tina de lavar y realizando peinados a mujeres en su comunidad.

“Desde siempre me gustó la belleza, porque a mí me gusta andar bonita”, dice la microempresaria. Rosario asegura que como le gustaba arreglarse y cuidar de ella misma, cuando aún estaba en República Dominicana decidió aprender en una academia de estilistas, pero nunca lo ejerció y para su sorpresa, ese conocimiento fue su salvavidas para progresar y construir un futuro mejor en el país a donde migró.

Siendo una madre sola con hijos, le tocó revivir todo lo aprendido en la academia de belleza para salir adelante con sus hijos y que nunca les faltara nada.

Tras varios años llevando su negocio de belleza en casa, llega Microserfin a las puertas de su hogar en el año 2001, para brindarle apoyo en el impulso de su negocio. Y así fue que recibió el crédito Crecerfin por un monto de $800 dólares. “Yo tomé el crédito y de una vez lo invertí, compré una silla profesional, lava cabellos, espejos y adecué completamente la sala de mi casa para atender a mis clientas”, recuerda.

Al poco tiempo Rosario gracias a su crecimiento exponencial y con las herramientas completas, tuvo la oportunidad de sacar el salón de su casa y trasladarlo a un local propio en el centro de La Chorrera, el cual mantiene hasta el día de hoy. Eso catapultó su éxito tanto que llegó un momento en el que empleó a más de 20 personas, entre ellas 17 peluqueras, 4 manicuristas, 1 esteticista y 2 personas que lavaban cabello.

Aun cuando su negocio ya era un éxito, no se detuvo y trabajó duro hasta que logró abrir un segundo salón en uno de los Malls más grandes del país. “Una persona pobre poniendo un salón en un mall es un reto bien grande” dice Rosario, pero gracias al apoyo de Microserfin a través de un nuevo crédito Crecerfin y con sus ahorros, pudo invertir y cubrir todos los gastos que conllevó dar apertura a la nueva sucursal de su salón.

“En Microserfin me ayudaron mucho en cuanto a orientación, aprendí bien a cómo manejar las cosas cada día más. Honestamente, otros bancos, financieras, siempre me ofrecían, pero yo le decía: Uno no vive del sentimentalismo, pero yo tengo mucho sentimiento por la empresa en que estoy porque yo crecí con esa empresa, aprendí mucho de la empresa y siento que, aunque es un dinero que uno lo pague me he sentido apoyada y me he desenvuelto de la mejor manera, he logrado tantas cosas con su apoyo”, recalca Rosario.

Cruz del Carmen Rosario, clienta de Microserfin La Chorrera
My Dominicana Salón

La llegada de la Pandemia

Para Cruz al igual que millones de personas en el mundo, la pandemia fue especialmente difícil, inclusive estuvo a punto de perder la batalla contra ella, ya que en esa época estuvo en cuidados intensivos por mucho tiempo, pero afortunadamente se levantó y poco a poco retomó fuerzas para seguir adelante con sus negocios.

Tras su mejora, debido a la poca clientela que recibían producto de la pandemia decidió dividir uno de sus salones en dos para incorporar una pequeña fonda, como un negocio alterno que le permitiera generar ingresos en aquella época tan difícil. En este nuevo negocio, ella cocinaba y uno de sus hijos fregaba los platos y/o hacía entregas de los pedidos que llegaban.

“El espíritu de supervivencia y de no perder todo lo logrado me hicieron salir adelante. En medio de toda esa mortandad, yo le decía no hijo vamos a salir adelante, vamos a montar la fonda y así comenzamos nosotros mismos. A mí me gusta actuar, el avance, eso me dio fuerzas y hoy puedo decir que estamos surgiendo nuevamente y recuperando lo que perdimos en ese entonces” narra con emoción Rosario.

Logros y sueños cumplidos

De acuerdo a Rosario, ella ha cumplido prácticamente todo lo que ha soñado y eso es un gran orgullo para ella. Gracias a su trabajo como microempresaria pudo criar a sus tres hijos de los cuales le sobreviven dos a la fecha.  Su hija, se dedica a la belleza y siguiendo el ejemplo de su mamá tiene su propio negocio; su segundo hijo (qepd), se educó en materia de construcción y su tercer hijo está estudiando en la universidad y además le ayuda en la contabilidad y en el manejo general de los negocios tanto de los salones como en la fonda.

“Yo conmigo misma me siento excelente, con todo esto logré obtener mi vivienda, logré viajar a hacer todos los seminarios de belleza, si había que ir a Alemania, a París, a Colombia, lo logré. O sea, me siento realizada porque sobre todo pude educar mis hijos, mis hijos no les faltó un libro, su desayuno, no les faltó uniforme” dice Rosario.         

“Como persona, como mujer, como ser humano, como empresaria, me siento totalmente a gusto y conforme. Todavía a mi edad sigo luchando a pesar de los años. Y me siento muy orgullosa porque mi familia, muchas amistades importantes dicen que yo soy su fuente de inspiración, yo soy su modelo a seguir y son personas que me lo dicen de corazón”, agrega.

 

En la actualidad Cruz del Carmen Rosario sigue apostando por el crecimiento de su negocio y generando empleo en La Chorrera, por medio de sus dos salones de belleza y la fonda, en total tiene más de 9 personas trabajando con ella y así aspira seguir, por eso ha ampliado los medios para dar a conocer su negocio incorporando las Redes sociales (@mydominicana_salon) como forma de seguir llegando a más.

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