A 60 kilómetros del centro de la provincia de Los Santos, en un entorno que exhibe su riqueza natural y suelo productivo, en Rio Viejo de Perina de Tonosí, vive Niberta Cano, una mujer orgullosa de pertenecer al espacio rural que le vio nacer, crecer y emprender junto a su esposo, y dónde quiere trascender a través de sus hijos el amor a la tierra, la cría de ganado y la siembra como parte de su herencia generacional. Su amor por el trabajo de la tierra lo desarrolló gracias a sus padres quienes le mostraron allí un medio de vida, subsistencia y desarrollo a Niberta y sus nueve hermanos.
Con un sexto grado de escolaridad, 4 hijos y más de 20 años de emprender a través de la agricultura, a sus 53 años Niberta, quien es atendida por Microserfin, entidad de la Fundación Microfinanzas BBVA (FMBBVA), sigue demostrando que rendirse no es una opción cuando de impulsar su negocio se trata, y es que aunque los efectos del cambio climático, la migración constante de las nuevas generaciones y el alto costo de la vida se interponen para ampliar su negocio, ser cabeza de familia, respaldar a su esposo en medio de la enfermedad y seguir apoyando a sus hijos, a quienes llevó a ser profesionales a través de su negocio, le motivan a seguir viendo oportunidades en sus actividades, con la esperanza de sembrar en más mujeres su amor por la vida rural.
Niberta tiene muy claro el rol que desempeñan las mujeres rurales y sabe que su amor por la tierra es invaluable. “A mi me gusta la libertad con la que vivo en el campo, dónde tengo la oportunidad de sembrar y comprar muy poco para vivir. A las jóvenes les digo que la vida rural no es fácil, pero siempre hay espacio para tener lo de uno, y los padres deben inculcar ese amor por la tierra a sus hijos para que esto no se pierda”, señaló la señora Cano.
Mujer rural y sostenibilidad
En el inicio del Decenio Interamericano por los Derechos de las Mujeres Rurales, la FMBBVA y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), celebraron un acto en el marco del Día Internacional de las Mujeres Rurales 2024, dónde se expusieron historias como la de Niberta, una de las más de 500 mil mujeres rurales atendidas por la Fundación en Latinoamérica (cerca de 3,400 de ellas panameñas a través de Microserfin), evento en el que se resaltó su papel en la construcción de sociedades más prósperas, resilientes y sostenibles.
Durante el acto expertos de organizaciones del sector público y privado compartieron iniciativas de alto valor para afrontar algunos de los retos y dificultades comunes de las mujeres rurales como el cierre de las brechas financiera, digital y económica, el desempleo rural, la falta de oportunidades y de conectividad.
Al respecto, Soraya Villarroya, coordinadora de la Oficina Permanente para Europa del IICA, ha resaltado el importante rol de las mujeres rurales para impulsar un desarrollo sostenible e inclusivo: «Las mujeres rurales son agentes transformadores que están presentes e inciden en lograr sistemas agroalimentarios inclusivos y sostenibles. Desde IICA, creemos que es fundamental unir esfuerzos y apoyar a nuestros estados miembros en la reducción de estas brechas de género y en la visibilización y reconocimiento de sus aportes», señaló Villarroya.
Por su parte, el director de la FMBBVA, Javier M. Flores ha recordado que apoyar a las mujeres rurales es una responsabilidad compartida: “Muchas de las dificultades que tienen son comunes vivan donde vivan; no son exclusivas de América Latina, y por eso hoy buscamos soluciones compartidas. Seguiremos trabajando para brindarles mejores oportunidades, no solo con servicios financieros, sino también con formación y asesoramiento que refuercen su empoderamiento económico y social”, concluyó.
En una sociedad globalizada que busca garantizar un mundo más sostenible, las mujeres rurales siguen siendo objeto de vulnerabilidad ante las amplias barreras que afectan su desarrollo humano respecto de las poblaciones en comunidades urbanas, hacia dónde, ante la falta de oportunidades económicas, laborales, y educativas, entre otras, muchas de estas mujeres migran buscando no solo alcanzar su autonomía sino también el desarrollo de sus familias a través de ellas.
Es por ello que Microserfin busca ampliar su impacto hacia la inclusión socioeconómica y la reducción de la pobreza de poblaciones vulnerables, sobre todo en comunidades rurales dónde más se reflejan las desigualdades y dónde atiende al 40% de las mujeres de su cartera, impulsando sus negocios a través de la metodología “finanzas productivas” acelerando su salida de la pobreza y una autonomía económica sostenible a través de su estrategia de género “Escala Mujer”.