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Inclusión para el empoderamiento de la Mujer: Historia de Adelina De León

En la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, una de las metas del ODS 5 para Igualdad de Género consiste en asegurar la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad de oportunidades de liderazgo a todos los niveles decisorios en la vida política, económica y pública. Según el organismo en el aspecto económico, sólo con una participación plena de las mujeres en la economía, será posible un crecimiento sostenible e inclusivo.

A nivel mundial el 70% de los 1.300 millones de personas que viven en condiciones de pobreza en el mundo son mujeres. En las áreas urbanas, el 40% de los hogares más pobres están encabezados por mujeres. En materia de inclusión financiera el escenario no es distinto, según la última edición del Global Findex existen 1,700 millones de personas sin bancarizar en el mundo, de las cuales el 65% son mujeres.

También estudios del Banco Mundial han revelado que, en América Latina, solo el 49% de las mujeres tiene una cuenta bancaria, el 11% ahorra y el 10% dispone de crédito, lo que hace necesario poner al alcance de las mujeres el acceso a productos y servicios financieros, además de herramientas que les permitan desarrollar las habilidades para tomar decisiones financieras informadas y responsables que contribuyan a su empoderamiento económico.

Igualdad de género y empoderamiento, desde la inclusión

Adelina De León es un vivo ejemplo de cómo se logran los sueños personales y familiares combinando el esfuerzo, empoderamiento económico y la pasión en un proyecto de vida.

Tiene más de 30 años promoviendo la cultura panameña a través de la venta en su negocio de artesanías, vestimenta típica de las diferentes regiones del país, bolsas de molas, y todo tipo de souvenirs representativos de la tierra canalera.

“Yo trabajaba en un almacén, pero con tres hijos y sola, los recursos que me entraban eran pocos. Y de allí con apoyo de una amiga aprendí a hacer cerámicas y así comenzó todo”, cuenta Adelina.

“Empecé vendiendo todo tipo de cerámica, cuando salía del trabajo ponía una mesita con mis productos, en ese entonces también tenía una máquina sencilla de hierro con la que empecé a coser y a hacer ropa de nuestro folclore”, recuerda como si fuera ayer la microempresaria.

“Yo me siento orgullosa de hacer artesanías panameñas y que los extranjeros se lleven un cariñito de mi país…”.

Para Adelina ser madre y microempresaria no fue tarea fácil. Cuando decidió dedicarse 100% a su negocio, cuenta que en ese entonces sus hijos estaban en la escuela y en muchas ocasiones le tocaba pedirle al compañero del puesto de artesanías contiguo, que le cuidara el negocio para poder irse a buscar a sus hijos al colegio. A pesar de todo, ellos fueron el motor para seguir adelante.

Gracias a su esfuerzo, la dedicación y ejemplo para con sus hijos de siempre dar lo mejor de sí, los tres pudieron estudiar con becas; hoy son todos unos adultos profesionales y cuentan con sus propias familias.

Créditos para el impulso

En ese camino como microempresaria que para ella ha sido difícil más no imposible, conoció a Microserfin, entidad de la Fundación Microfinanzas BBVA, que desde hace más de 19 años la ha apoyado con créditos para impulsar su negocio, mejorar su calidad de vida y la de su familia.

A la fecha la entidad la ha respaldado con varios tipos de créditos entre ellos CasaFin con el que ha podido mejorar las condiciones de su vivienda y CrecerFin con el que ha podido comprar materiales, insumos y herramientas para la confección de las artesanías.

“Le doy gracias a Microserfin porque me ha abierto las puertas para seguir adelante, arreglar mi casa y que mis hijos se educaran… Yo ya no soy una emprendedora, ahora SOY UNA EMPRESARIA, tengo casa, tengo dos terrenos y tengo mi negocio”, recalca con orgullo Adelina De León.

Hoy 08 de marzo en el Día Internacional de la Mujer, Microserfin aplaude la tenacidad de mujeres como Adelina y reafirma el compromiso con su empoderamiento económico. Su papel es fundamental en la construcción de un futuro mejor y sostenible para las siguientes generaciones.

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Kathia Cedeño, corresponsal de Microserfin en San Félix Chiriquí

En el mundo actual la tecnología ha llegado para ser el aliado de la vida cotidiana de las personas y de los negocios. Las herramientas tecnológicas acortan distancias, simplifican los procesos y en este caso se convierten en un elemento clave para el acceso a servicios financieros en las comunidades.
La microempresaria Kathia Cedeño y su mamá Lisbeth Cedeño así lo han experimentado a través de su negocio Abarrotería Kathia que inició operaciones desde hace más de 15 años y que hoy forma parte de la red de corresponsales propios de Microserfin.
Los corresponsales permiten a las personas especialmente a aquellas de comunidades rurales y distantes, tener cerca de sus hogares o negocios, servicios financieros accesibles, eficaces y rápidos. Por eso Kathia a través de su abarrotería ubicada en San Félix, uno de los distritos más antiguos de la provincia de Chiriquí decidió convertirse en corresponsal y ayudar a que las personas en su comunidad puedan cumplir con sus compromisos financieros cerca de casa ahorrando tiempo y dinero en desplazamientos.
“Siendo corresponsal he podido percibir el incremento de las ganancias, puesto que con la ampliación del portafolio de productos y servicios dentro de mi negocio, llegan nuevos clientes y fidelizo a los que ya eran clientes de mi abarrotería dentro de la comunidad”.

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Adelaida Esther Morán, microempresaria luchadora atendida por Microserfin

Hace 27 años cuando los caminos solo eran de tierra y no había calles de asfalto, Adelaida Esther Morán llegó a la comunidad de Ahogado Centro en el distrito de Capira, con el sueño de alcanzar su desarrollo personal, social y económico.
Al principio lo único que cultivaba era limón persa para la venta, pero no era mucho lo que lograba vender, sin embargo por ella y por su familia no se rindió. Tiempo después escuchó decir en una emisora que Microserfin daba créditos a los pequeños empresarios y fue gracias a eso que pudo encontrar una nueva forma de hacer crecer su actividad productiva.
Su primer crédito con Microserfin fue por $750.00 el cual utilizó para abastecer su negocio de abarrotería, ya que era el único comercio cercano para las personas de su comunidad.
Morán todavía recuerda como si fuera ayer que cuando llegó al sitio que hasta hoy es su hogar, su casa estaba hecha de pencas y el piso era de tierra, por eso al caer la noche o en épocas de lluvias, siempre se hacía presente el miedo de que una fuerte brisa se llevara parte de lo que en ese entonces era su vivienda.
“Gracias a Microserfin y a la orientación de mi asesor de crédito logré conocer el producto Casafin, el cual me permitió tener recursos por primera vez para mejorar mi calidad de vida y la de mi familia, ahora me siento segura porque el techo es de zinc, el piso y las paredes son de cemento. Incluso pudimos comprar paneles solares para alumbrar la casa.”
En la actualidad, producto de su esfuerzo y crecimiento del negocio Adelaida ha podido invertir en la educación de sus hijos y en la compra de activos como un vehículo para movilizarse y continuar trabajando para lograr sus sueños a través de sus actividades agropecuarias.

Movilidad Asesores y la experiencia de la asesora Karina Méndez

Movilidad Asesores y la experiencia de la asesora Karina Méndez

Karina Méndez es asesora de créditos para clientes del sector rural y urbano.

De acuerdo a la asesora de crédito con la implementación de Movilidad Asesores es posible encontrar la información del cliente, sus datos personales y su ubicación, de esa manera se facilita el trabajo de inclusión financiera en el campo.

Esto permite ofrecer a Microserfin servicios financieros y no financieros, rápidos eficaces e inclusivos, para mejorar la calidad de vida de los microempresarios y la de su familia.

Juan Camilo Echeverry, microempresario refugiado en Panamá

Juan Camilo Echeverry, microempresario refugiado en Panamá

Procedente de Norte del Valle en Colombia. Se vio obligado a salir de su país por causa de la violencia en dicha región. Juan Camilo decidió instalarse junto con su familia en Panamá y solicitar refugio en el país, en búsqueda del bienestar de él y los suyos.

Conoció del programa de créditos para los microempresarios por medio de la Cruz Roja y la ACNUR, allí le ofrecieron la oportunidad ya que su negocio tiene potencial para crecer.

Desde antes de su llegada al país que lo ha acogido como refugiado, tenía la idea de ser propietario de su propio negocio de bisutería personalizadas 100% elaboradas a mano.

Hoy este sueño es posible, tanto que ha ganado reconocimiento a través de las redes sociales con el nombre @tendenciaspty en Instagram.

Gracias a su negocio ha podido mejorar su calidad de vida, ya que antes vivía en un cuarto pequeño, con goteras y que incluso se inundaba. Ahora él y su familia viven en un mejor lugar, con más espacio y en especial en un mejor estado para elaborar sus productos. Su sueño es crecer y poder dar empleo a otras personas que lo necesiten.

Roberto Gómez, microempresario panameño atendido por Microserfin

Roberto Gómez, microempresario panameño atendido por Microserfin

Nuestros créditos se traducen en oportunidades de progreso para los microempresarios que atendemos, como es el caso de Roberto Gómez Morán, oriundo de la Comunidad de las Gaitas en Capira. El señor Roberto desde joven se dedicó a la agricultura, cría de cerdo y pollos. 

Su deseo de tener una finca lo adquirió de sus padres quienes se dedicaron a la agricultura tradicional de subsistencia, sin embargo, su sueño de una finca fue más allá, él anhelaba tener una finca sostenible puesto que en ese entonces se proyectaba que el agroturismo sería una de las prácticas del futuro, por eso sin pensarlo dos veces decidió por sus propios medios comenzar a capacitarse en esta materia con la mirada puesta en lograr su sueño. 

A medida que pasó el tiempo y con los conocimientos adquiridos, comenzó a emplear nuevas prácticas en su finca tradicional enfocadas en el turismo agrícola y ecológico.

El cliente proviene de una gran familia de siete hermanos (Cuatro mujeres y tres hombres), a pesar que la visión de la finca agroturística vino de él, ha involucrado a sus hermanos a fin de crear un patrimonio familiar que les permita extender el legado a las futuras generaciones de la familia Gómez Morán.

En 2015 con una mini finca en marcha decide solicitar su primer crédito en Microserfin con un monto de USD 500 los cuales estaban destinados para mejoras de su actividad. De acuerdo al señor Roberto este crédito fue crucial para llevar adelante sus planes de realizar cambios importantes en sus prácticas sostenibles y ampliar su finca hasta convertirla en la finca Agroturística La Prometida, como en la actualidad se le conoce.

Hoy en día el señor mantiene una gran variedad de actividades como viveros de orquídeas, avicultura, ganadería, apicultura (creado por él y su familia). También cultiva todos los rubros agrícolas desde yuca, maíz, ñampí, guandú, plátano, achiote y café, cabe destacar que en sus productos no utiliza químicos y siempre cuida el medio ambiente, lo que le da un valor agregado a lo que ofrece en su comunidad.

Desde 2015 hasta ahora, el señor Roberto ha recibido 5 créditos de Microserfin todos con puntualidad 1 y con esa ayuda ha podido mejorar la calidad de los productos, como el Café procesado, el Achiote procesado y la miel de abeja.